jueves, 28 de septiembre de 2017

TRANSTORNO DE ESTRÉS POST TRAUMATICO EN LOS NIÑOS DESPUÉS DE UN FENÓMENO NATURAL

TRANSTORNO DE ESTRÉS POST TRAUMATICO EN LOS NIÑOS DESPUÉS DE UN FENÓMENO NATURAL



Es importante que los infantes reciban apoyo emocional tras un fenómeno natural como el sismo del martes. Aquí te decimos cómo identificarlo y tratarlo.

Tras el sismo de 7.1 grados registrado la mañana del martes 19 de septiembre en el centro de la República Mexicana, muchos menores de edad experimentaron un evento traumático debido al desastre que generó el movimiento telúrico.

Los niños son muy vulnerables ante este tipo de fenómenos, y es importante que padres o familiares vigilen su salud y sepan la manera de cuidarlos en dado caso de que sufran trastorno de estrés post-traumático (TEPT).

Los desastres naturales como un sismo, un incendio, un huracán o una inundación, suelen ser eventos que pueden dejar secuelas en los infantes. Algunos de los signos emocionales de un estrés post-traumático, se presentan como nerviosismo, preocupación por la seguridad, agitación constante, retraimiento, falta de apetito, tristeza o temor a dormir solo por la noche.

En lo físico, los niños pueden sufrir constantes dolores de estómago, de cabeza, náuseas o vómitos; también pueden estar recordando cada de detalle de lo que pasó y de contarlo una y otra vez.

¿Cómo controlar un cuadro de estés post-traumático?

Es importante que los adultos cercanos al niño le hagan saber que la situación está bajo control y hacerlo sentir protegido. Es normal que los padres se sientan tristes o preocupados, pero es importante transmitir la sensación de seguridad.

Después de un fenómeno natural, como el sismo ocurrido el martes 19 de septiembre en Mexico, se recomienda tener cuidado con la información que reciben los menores acerca del evento. De ser necesario, se recomienda evitar las conversaciones sobre el acontecimiento, sobre todo si son impactantes.

Para mitigar el estrés, se debe volver a la rutina diaria tan pronto como sea posible. A pesar de la situación, la elaboración de mantener los horarios como el de la comida, dormir, ir a la escuela o jugar, ayudan a los niños a saber que tras el fenómeno, todo podría volver a la normalidad y de esa manera hacerlos sentir seguros.

Si en el niño persisten los signos emocionales o físicos del TEPT, o no vuelve a sus actividades habituales con el tiempo, es necesario que reciba tratamiento profesional.


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